Cómo afectan las basuras al planeta Tierra
6 octubre, 2025De qué se trata el desarrollo sostenible | EcoCómputo
23 octubre, 2025
A veces creemos que la basura “desaparece” cuando cerramos la bolsa y nos deshacemos de ella. Pero no, la verdad es que solo cambia de lugar. Y lo más curioso es que muchos de esos materiales podrían seguir vivos, transformados en nuevos objetos, en energía o en esperanza.
Cada botella, cada hoja o pedazo de metal tiene una historia que no tiene por qué terminar en un relleno sanitario. Todo depende de nosotros.
En Colombia, y especialmente en las ciudades donde EcoCómputo impulsa la recolección y el manejo responsable de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos – RAEE, el reciclaje se ha convertido en un gesto de compromiso ciudadano. Es decirle al planeta, con pequeñas acciones: “yo también hago parte de la solución”.
A continuación te presentamos un listado de 10 materiales reciclables muy comunes que todos hemos usado en la oficina, la universidad, el colegio o en casa. Conocerlos te ayudará a reconocerlos, separarlos y darles una segunda vida útil.
1. Papel: más que hojas sueltas
Detrás de cada hoja usada hay algo más que tinta. Hay recursos valiosos como árboles, agua, energía… y decisiones humanas. Reciclar una sola tonelada de papel evita la tala de 17 árboles y ahorra más de 26.000 litros de agua, según la ONU Medio Ambiente.
Piénsalo así: los exámenes viejos, las impresiones innecesarias o esos apuntes del colegio que ya no usas podrían convertirse en nuevos cuadernos.
Y eso, en el fondo, es una forma silenciosa de reforestar el mundo sin plantar un solo árbol.
2. Cartón: el gigante silencioso
Si hubiera un material que aparece en cada casa, ese sería el cartón. Cajas, empaques, tubos… está en todo. Representa cerca del 25 % de los residuos domésticos del planeta, según el Bureau of International Recycling (BIR).
Lo increíble es que reciclarlo reduce hasta un 75 % la energía necesaria para producirlo desde cero.
Por eso, cuando doblas una caja antes de ponerla en la bolsa que corresponde, no solo ahorras espacio: también estás ayudando a que ese cartón regrese convertido en algo útil, como una carpeta o un nuevo empaque.
Y aunque EcoCómputo se centra en los RAEE, su mensaje es claro: toda acción de reciclaje suma. El planeta necesita más manos que desechen con conciencia.
3. Plástico PET: el rey de las botellas
Las botellas plásticas son como ese invitado que nunca falta: siempre está ahí.
En América Latina, solo se recicla entre el 20 % y 40 % del PET que generamos (WEEE Forum, 2024). Lo demás, tristemente, termina contaminando suelos o mares.
Pero lo hermoso del PET es su capacidad de renacer: cuando se recicla bien —limpio, sin tapa y seco— puede transformarse en fibra textil o en muebles urbanos.
De hecho, ese abrigo térmico que te protege en un paseo por la montaña… podría haber sido una botella hace unos años.
4. Plástico HDPE: el aliado del hogar
En la base de muchas botellas de champú o de detergente hay un pequeño número “2”. Ese es el HDPE, uno de los plásticos más resistentes y valiosos para el reciclaje.
Reutilizarlo no solo ahorra recursos, sino que reduce hasta un 50 % las emisiones de CO₂ en comparación con su producción a partir del petróleo (EPA, 2023).
El HDPE reciclado puede volver a la vida en forma de canecas, tubos o mobiliario urbano. Y la verdad es que no hay nada más satisfactorio que saber que esa botella que usaste para limpiar tu casa puede ayudar, ahora, a limpiar el planeta.
5. Latas de aluminio: metal infinito
El aluminio es casi inmortal. Se puede reciclar una y otra vez, y el 75 % del aluminio producido en toda la historia sigue en uso hoy (The Aluminum Association, 2024).
Además, reciclar una sola lata ahorra la energía suficiente para mantener encendida una bombilla durante cuatro horas.
Así que la próxima vez que termines una bebida, imagina que estás sosteniendo un pequeño milagro metálico: una lata que puede renacer como bicicleta, lámpara o incluso como parte de un avión.
6. Latas de acero: fuerza reutilizable
Las latas de atún, fríjoles o sopas parecen simples, pero son poderosas. Cuando se reciclan, se funden y vuelven convertidas en herramientas, estructuras o piezas industriales. Y no es poca cosa: fabricar acero desde chatarra en lugar de mineral ahorra entre el 60 % y 74 % de energía (EIA, 2023).
Enjuagar una lata antes de desecharla puede parecer un detalle menor, pero es justo ahí, en esos pequeños gestos, donde empieza el cambio real.
7. Vidrio: transparencia que regresa
El vidrio tiene algo mágico: no envejece, no se gasta, no se contamina. Fundir vidrio reciclado consume 30 % menos energía que producirlo desde cero (WEEE Forum, 2024), y evita la extracción de nuevos minerales.
Eso sí, hay una regla de oro: los vidrios planos (ventanas o espejos) no se mezclan con botellas y frascos. Mantenerlos separados es una forma sencilla de cuidar un material que, literalmente, puede reciclarse eternamente.
8. Tetra Pak: el reto moderno
Durante años, el Tetra Pak fue visto como un dolor de cabeza ambiental. Su mezcla de cartón, plástico y aluminio parecía imposible de separar.
Pero las cosas cambiaron: hoy existen plantas que lo procesan para transformarlo en láminas resistentes, techos escolares o muebles impermeables.
Así que, sí: ese envase de leche que vaciaste esta mañana podría terminar convertido en una banca de parque. Y, la verdad, eso suena a justicia poética.
9. Plástico PP: el del día a día
El polipropileno (PP) —número 5 en el símbolo de reciclaje— es como el comodín del plástico: está en tapas, pitillos, empaques de yogur, cajas de margarina… en casi todo.
Su reciclaje se ha duplicado en la última década, especialmente para fabricar mobiliario o elementos de oficina.
El problema es que todavía pasa desapercibido. Muchos lo mezclan con otros residuos, y ahí pierde su valor.
Separarlo es una forma sencilla de darle la oportunidad de volver. Como todo en la vida, solo necesita ser reconocido.
10. RAEE: los residuos tecnológicos
Y llegamos a un tipo de residuo especial: los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos – RAEE.
Hablamos de computadores, celulares, teclados, cargadores, monitores, televisores y periféricos. Objetos que, cuando terminan su vida útil, necesitan un tratamiento distinto, porque contienen materiales valiosos y componentes que no deben mezclarse con la basura común.
Los ciudadanos pueden dejar allí sus aparatos en desuso, y las empresas pueden solicitar la recolección a través de la plataforma de EcoCómputo.
Todo este proceso cumple con la Resolución 0851 de 2022 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, garantizando un manejo ambientalmente seguro.
Porque incluso la tecnología merece una segunda oportunidad… pero con responsabilidad.
Más allá del reciclaje: un compromiso compartido
Reciclar no es solo separar. Es una forma de mirar el mundo con otros ojos. Cuando clasificas una botella, una hoja o un cargador viejo, estás cambiando la historia de esos objetos… y la del planeta también.
La Economía Circular no es una moda: es una promesa de continuidad. De entender que nada debería terminar si puede transformarse.
Y, además, es un recordatorio de que cada acción —por pequeña que parezca— cuenta más de lo que creemos.